Me encanta que no seas perfecta

Me gusta que no seas perfecta;
Que tu piel no sea de porcelana,
Así de ese modo perderme
En cada caricia y conocerte el alma.

Me gusta que no seas perfecta;
Que tu mirada no tenga,
El perfecto brillo del sol;
Así, podré mirarte por siempre,
E iluminarme con cada rayo de tu luz.

Me gusta que no seas perfecta;
Que tus caricias, no sean lo que mi piel espera.
Así, sin querer, desear a cada momento,
Una caricia que me sorprenda; una caricia nueva.

Me gusta que no seas perfecta;
Que tus besos, sean una isla desierta.
Donde descubrir a cada momento,
La pasión que cada noche me desvela.

Me encanta que no seas perfecta;
Que tu amor se revele ante mi, como una quimera.
Que el frío de la noche, me muestre que eres,
El ángel que uno espera.
Que el calor del día, me haga sentir,
Que mi piel te desea.



Me encanta que no seas perfecta…
Y podría escribirte, por semanas enteras.
Contarte de cada latido de mi corazón;
De cada nuevo sentido que por ti se despierta.
De cada nuevo sueño, que mi mente inventa.
De cada nueva palabra que escribo,
Para regalarte un nuevo poema,
Que hable de ilusiones, de este imperfecto poeta.

Me encanta que no seas perfecta…
Porque si lo fueras, no estarías en la tierra.
Tu belleza; tu simpleza; tu sonrisa;
Tus besos; tus caricias, y tu mirada tierna,
Serian el placer de los Ángeles…
Y que celoso estaría yo, de no tenerte para disfrutarte.

Fernando Durigan